Nueva York, 1 de mayor (MaremotoM).- Nueva York ha sido hogar e inspiración de un gran número de escritores que, aunque no hayan nacido aquí, la volvieron su patria literaria, al hablar de ella.
Incluso hay varios escritores mexicanos que residen en la ciudad, como Valeria Luiselli y Álvaro Enrigue, Lorea Canales, Carmen Boullosa o Iván Ríos Gascón, que vivió en la ciudad durante un periodo que utilizó para escribir un espléndido libro de cuentos titulado Broadway Express. Pero hoy voy a hablar de escritores neoyorkinos y me debatí mucho sobre cual elegir, pues Paul Auster, nacido en New Jersey y autor de La trilogía de Nueva York o Brookling Follies, es uno de mis favoritos y sin embargo me decidí por uno, que si bien nació en Nueva Orleans, fue una leyenda en esta ciudad. Hablo de Truman Capote.
De hecho, me encuentro en el hotel Plaza, en una de la zonas más emblemáticas de la gran manzana, porque este hotel ha sido protagonista de muchas vicisitudes, incluyendo algunas literarias.
Aquí fue donde, en 1966, Truman Capote organizó uno de los eventos más comentados (hay incluso un libro entero al respecto que lo calificó como la fiesta del siglo) en honor a la dueña del Washington Post, Katherine Graham. Un baile de disfraces que en México se calificaría hoy de ostentosamente fifí… Pero estamos en Nueva York y Truman estaba en la cúspide de su carrera, habiéndose convertido en el astro indiscutible de esta ciudad, pues acababa de publicar “A sangre fría”, la extraordinaria novela-periodística, precursora de la mezcla de géneros literarios que posiblemente haya inspirado a Jorge Volpi y su novela criminal.
Pero hoy no les quiero hablar de esa novela, tal vez la más conocida, la que le llevó seis años de trabajo, en los que siguió indagando sobre la matanza de una familia entera y quienes la ejecutaron, que fueron finalmente condenados a muerte.
Quiero recomendar su última novela (y no me refiero a Plegarias atendidas que tantas veces presumió iba a ser En busca del tiempo perdido estadounidense y se quedó en cambio trunca) si no a la primera novela que escribió y la última en ser publicada, y más precisamente en 2005, es decir treinta años después de su muerte en 1985. Me refiero a Crucero de verano.

Fue una novela comenzada en 1943 y dejada a un lado en diversas ocasiones hasta el punto que Capote la tiró, sin imaginar que en 2004 el manuscrito fue encontrado en una caja y subastado por Sotheby. Narra la historia de una joven adolescente del Upper East Side, uno de los barrios de clase alta, que logra convencer a sus padres para que la dejen sola en la ciudad mientras ellos se van a un crucero por Europa. En la soledad de esa vacación, la chica se enreda con un joven, ni tan joven, de clase baja (es un acomodador de autos) y su romance se va tornando cada vez más raro.
Fifís y chairos neoyorkinos enamorándose… todo para ver si en México también aprendemos a conciliar nuestras diferencias a través del amor. Fue también una promesa de campaña, ¿a poco no?