La película se centra en Anna María, pero también (como la gran bruja en la vida de Dalí), habla de Gala Éluard, la persona que vino a romper la armonía y la felicidad en Cadaqués, el sitio donde tenían la casa de verano la familia de Salvador y Anna y dónde fueron Federico García Lorca y Luis Buñuel.
Ciudad de México, 16 de marzo (MaremotoM).- En Amazon hay una película extraña, rara y a veces difícil de ver. Dura como tres horas y los diálogos encarados por la actriz británica Siân Phillips con una amiga de toda la vida, a veces nos hacen dormir.
¿Cómo es posible que una inglesa encarara a Anna María Dalí, la hermana cuatro años menos de Salvador, que es la que va narrando la película Miss Dalí?
Ventura Pons es un cineasta catalán, un director polémico que cuando sea grande quiere ser como Manoeil de Oliveira, ahora tiene 73 años y son tantos los filmes que ha hecho que es imposible hacer un balance de su carrera. En los últimos tiempos firma casi dos películas por año, entre las que destacan El virus del miedo, Universal y faraona o, por supuesto Miss Dalí.

Iba a ser homenajeado con el Mayahuel de Plata en el suspendido Festival de Cine de Guadalajara e iba a estrenar su película sobre el gran pintor español.
La película se centra en Anna María, pero también (como la gran bruja en la vida de Dalí), habla de Gala Éluard, la persona que vino a romper la armonía y la felicidad en Cadaqués, el sitio donde tenían la casa de verano la familia de Salvador y Anna y dónde fueron Federico García Lorca y Luis Buñuel.
“He conocido mucho a Dalí y Gala, en el 68 vivía entre Barcelona y Cadaqués y en esa última ciudad, vivo delante de la casa de Dalí, nos hemos conocido mucho y con muchos amigos en común, muchas cosas podría contar, pero por la capacidad de una película, tenía que ser una síntesis, yo tengo vivencias con Dalí que no las he puesto en la cinta, pero es un mundo muy interesante. De Dalí se ha hablado mucho, pero de la hermana no, y las historias escondidas son las más interesantes”, ha declarado Ventura Pons a la agencia EFE.
“Toda esta historia (de familia) es como una tragedia griega, por cuarenta años dos hermanos que se quieren mucho, que viven en el mismo pueblo y que no se hablan porque en medio estaba Gala”, agrega.

Más allá de esta figura horrible que representaba Gala (un sitio disponible para todas las mujeres “malas” y que por supuesto habría que discutir historia y visión de género de por medio), el filme respeta por un lado el punto de vista de Anna María (quien escribió un libro Dalí visto por su hermana, Barcelona: Editorial Joventut, 1949) y revela historias de la vida de este genio de la pintura española (aunque no catalán, dice con resentimiento su hermana) y por otro lado revela costados desconocidos de la vida del artista.
Rodada en inglés, catalán, castellano y francés, Miss Dalí se centra sobre todo en Cadaqués y ha contado con la participación de los actores Claire Bloom, la amiga que hila la narración junto a Phillips, Eulàlia Ballart, convertida en la joven Anna Maria, Joan Carreras, encarnando a Dalí (un gran trabajo) y Josep Maria Pou, representando al padre del artista, entre otros.
Está también Federico García Lorca, quien se une a la familia Dalí como “otro hijo”, en la vida joven de Salvador, cuando lo conoce en la escuela de arte de Madrid, la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Federico está eternamente enamorado de Dalí, un romance que no tiene placer físico (o al menos en la película no se ve) porque “yo no soy maricón”, un hecho que más tarde derivará en un hombre más apegado al abstencionismo sexual que de alguien atraído por las mujeres.

A Gala y a Salvador parece que los une el dinero y el control. Y también la palabra, que Salvador dice cosas como “¡Olé!” cuando se entera del asesinato de Federico García Lorca o “cada mañana escupo por placer sobre el retrato de mi madre”, para mostrar su afición surrealista.
También aparece Luis Buñuel (odiando por todos los medios a Lorca) y hace con Dalí la película El perro andaluz, aunque él no es quien le mete al artista sus ideales fascistas.
Más bien, es el dinero. El calificarse a sí mismo como el mejor pintor de España y defender el grado de “orden” que puso Francisco Franco al llegar al poder y perseguir a cuanta gente simpatizaba con la República.
Dalí es el gran títere de Franco, eso es lo que muestra la película. Y Gala no puede ser la única culpable de ello, es lo que no muestra este filme.
Un gran pintor, una horrible persona y por eso hay que verla.