Dante Spinetta

Dante Spinetta: “Hoy no hay una canción como Abarajame

“Siempre fui una especie de paria”. Dante Spinetta se describe bien cómodo con esa situación, la considera parte clave de su ADN musical. No es que eso, además sea una novedad: lleva transitando esa senda desde que formó Illya Kuryaki & The Valderramas a los 14 años y se siente más a sus anchas que nunca, ahora que tiene 42.

Buenos Aires, 24 de agosto (MaremotoM).- Por eso, el show que va a dar en Niceto Club este jueves 8 de agosto se plantea de la misma forma. Tanto las canciones que forman parte de Puñal, su disco más confesional editado en 2017, hasta sus singles más recientes, que incluyen feats con Duki y Neo Pistea serán parte de un repertorio que, en vivo, tienen al funk como denominador común. “Se funkeriza todo”, según sus propias palabras. “No es casualidad, armé una banda premium para esto, es tremendo como suena”.

–¿Ya te resulta natural armar un repertorio que fluya entre todos los estilos que tratas desde que sacaste tu primer disco solista?

–De alguna manera, entiendo que se hace difícil concebir que el mismo que hizo “Soltar” haga “No sigas”. Pero si sabés de dónde vengo y quién soy, entiendes por qué. Para la gente nueva por ahí es más difícil entrar, es el desafío de subirse a esta nave de sonido. Hubiese sido mucho más fácil para mí si hubiese sido rockero 100% o rapero 100%, porque estamos en un mundo donde la gente necesita el tag, ordenar las cosas: “Esto va a acá y esto acá”. Y yo no entro en ningún casillero. Tal vez ahora con la escena urbana sí, son pibes que están más abiertos porque pasó el tiempo. Pero antes los rockeros no me aceptaban y los raperos tampoco. Crecí solo en esa guerra. Ahora siento una apertura de conciencia, hay otra libertad con respecto al Arte, por eso también colaboro con artistas como el Duko o como Neo: porque aparte de que los admiro y de que la tienen recontra atada, siento que entienden mi jugada.

–Y ahora, en todo caso, estás más curtido para hacerle frente a las críticas. Pero, ¿cómo era cuando recién arrancaste y eras un pibe?

–Cuando arrancamos con Emma yo tenía 14, éramos chicos y medio que teníamos que explicar qué era el rap… porque acá no existía. Imaginate que era un mundo nuevo, chocamos contra la institución del rock. No contra los músicos, porque desde Charly, Fito, mi viejo, Divividos y hasta Mercedes Sosa nos bancaron. Rapeamos “Nacido para ser argentos” en Ferro con Mercedes y el público nos miraba como diciendo “Qué les pasa a estos dos pendejos que aparecen saltando y cantando ‘Argentos duros como el pavimento’, y Mercedes también cantando eso. Fue épico, boludo. En mi caso, siempre hubo -y hay-, algo que es esa noción de que estás haciendo lo que tienes que hacer. Eso no lo perdí nunca, jamás le quité los ojos a esa guía que tengo. Es como siguiera un indio en la selva que va con una antorcha adelante y me dice “Vení, es por acá”.

–¿Sentís que ahora los Kuryaki tienen el lugar que se merecen en la historia de la música urbana argentina?

–Me parece que haber creído siempre en nosotros hizo que hayamos hecho historia con los Kuryaki. Fuimos una banda que rompió con un montón de cosas. Tuvimos el primer hit internacional de rap argentino con “Abarajame”. Y ya “No Way, José”, “Fabrico cuero” y “Es tuya Juan” eran rap. Entonces, eso no me lo quita nadie. Soy parte de la movida urbana, y ni hablar con El apagón y Pirámide, que son discos de música urbana enteros.

Dante Spinetta
Me parece que haber creído siempre en nosotros hizo que hayamos hecho historia con los Kuryaki. Foto: Sony Music

Pirámide es de 2010 y ya tenía varios temas en los que usabas autotune, de hecho.

–Sí, tal cual. Por eso, cuando viene alguien a decirme algo del autotune me da risa, como si yo lo usara ahora porque está pegado. En Pirámide hay cinco canciones enteras con autotune. Entonces, es como “Che, boludo, antes de criticar hacé un poco de research. Google, bitch!”

–Además, la idea de criticar un efecto como si eso fuera algo malo per se

–¡Y a mí me encanta como suena! Es re loco, re futurista. Cuando se empezó a popularizar fuerte con T-Pain y Kanye yo estaba re metido. Hay un rapero menos conocido que se llama Ron Browz que me inspiró muchísimo; tiene un disco re deforme, todo con autotune. El tema “Jumping (Out the Window)” es clave. A mí me copa la evolución, soy un pibe muy ligado a la tecnología y creo que la forma de hacer música está muy ligada a la tecnología del momento. La tecnología en los 70 eran las guitarras eléctricas y los amplificadores, y fue el pico máximo de ese sonido de guitarra, porque era lo que pasaba en ese momento. Estaba Hendrix, listo. Y después hubo otras herramientas y entonces otro tipo de creaciones.

–Los reaccionarios a la novedad en nombre de un tiempo pasado que siempre fue mejor parece que se regeneran.

–Hay mucha gente que sigue pensando así. “¡Cómo! ¡Estás cantando con autotune! Si tu viejo…” Y eso me da mucha risa, porque no considero que esa gente entienda a mi viejo, partamos de ahí. Hay un sector del público que siempre va a ser reaccionario, medio nazi… son haters. Pero imaginate que si yo le hubiese prestado atención, nunca hubiese hecho música. Porque realmente había una presión sobre lo que yo iba a ser o cómo iba a tocar la guitarra y nadie reparaba que yo por ahí me metía en un estudio y tocaba todos los instrumentos o que los discos me los hacía solo, desde los 17 años. Hay una parte de la gente que no sabe eso: aprendí a criarme a los golpes, creyendo en mí. Creo en la música que hago, hay gente que me banca y me manifiesta ese amor que siempre está ahí.

–¿Y cómo hiciste para mantenerte alejado de ese supuesto “deber ser”?

–Siempre tuve una visión más abierta. Capaz por haber sido criado en una familia relacionada el arte tenía otra especie de comprensión. Entendí que el arte para mí significaba libertad y ser uno mismo, no tratar de encajar dentro de un sistema. Algunos a veces son antisistema y tienen su sistema armado, cada uno la hace como quiere. Yo tenía la necesidad de expresar ciertas cosas, ya desde Chaco nos mandamos hacer “Hombre blanco”, “Húmeda” y “Hermosa from Heaven”, que lo hice para enamorar a mi novia. Es más, cuando se lo mostré me dijo “Ah, no está muy bueno”, porque no le gustaban esa clase de acordes, era más hippie ella. Yo le decía “Sos una blanca”, porque escuchaba Radiohead y esas cosas. Después años después me dijo que sí, que le gustaba y que gracias (risas).

Dante Spinetta
Siempre tuve una visión más abierta. Capaz por haber sido criado en una familia relacionada el arte tenía otra especie de comprensión. Foto: Sony Music

–Igual, eso fue lo menos grave que te pasó con los Kuryaki…

–Sí, obvio. Me acuerdo que cuando tocamos con Divididos en un Cemento a la noche nos escupió bastante la gente. Teníamos 15, 16 años. Nuestro show estuvo re bueno y nos escupieron igual, aunque un poco menos que a otros grupos que tocaron antes, creo que nos tuvieron piedad. Pero cuando bajamos, apareció un quía gigante, yo era un palito de 15 años y me dijo “Hacé rock and roll” y me pegó una semi piña, con la mano cerrada, me dejó la cabeza zumbando. La seguridad del lugar nos echó, quedamos rodeados de monada de rockeros gigantes y nosotros vestidos deportivos con cadenitas. De golpe apareció Federico Gil Solá y nos rescató.

–Los odiaban de verdad.

–Realmente había una escena del rock que nos odiaba. Nos tiraban de todo, tanto que tuvimos que meter una barra brava nuestra para que se boxeara cuando tocábamos en festivales públicos. Como nos tiraban cosas, llevábamos monada re heavy. Con Emma crecimos con una pata en la calle y otra en el arte, estábamos en contacto con toda clase de gente. Entonces, cuando se puso picante, hubo que tocar a los picantes; no podíamos dejar que eso siga pasando, ya era peligroso. Una vez nos tiraron con una llave inglesa… Si te pega, te destruye la cara, terminás en el hospital, te puede matar. En un festival de maestros, tocamos con Memphis La Blusera, La Mississippi y bandas de rock barrial, el público nos re bardeó y terminamos nosotros puteando a la gente. Ante esa reacción, empezaron a decir “Ah, se la bancan” y terminaron saltando con “Remisero”. ¿Pero por qué tenés que pasar por esa? Y lo más loco es que nos pasaba eso acá, en nuestro pico más alto de popularidad, mientras afuera teníamos los pogos más grandes. Son cosas que pasan por chocar contra lo establecido o contra lo que tenía que ser el rock.

Te puede interesar:  Para la guerra literaria, la única arma es la obra: Pablo Simonetti

–¿Recuerda cómo fue que construyeron ese imaginario de lo latino?

–Sí, a los 16 años estaba leyendo cosas de Martin Luther King, el Che Guevara, Malcolm X, y miraba películas como Blood In Blood Out y American Me, que realzaban lo latino. Y sentía que no estaban entendiendo en la que estábamos. “Abarajame” tiene una letra anti gorra mal. Hoy en día no hay una canción así. Estábamos en ese flash en los primeros discos. Ya con Versus nos mandamos algo más poético, más soul, teníamos acceso a orquestas, cosas más grandes. El arreglador de Earth Wind & Fire, tocó Wah Wah Watson la guitarra… Y eso también era súper anti establishment, porque no era una música que estaba pegada acá. Pudimos haber ido a lo seguro, hacer un Chaco 2, pero nos mandamos un disco del ato vuelo, con un look que también provocó mucho.

–Y hoy te reconocen como influencia músicos que apenas habían nacido cuando pasó todo eso.

–Ayer hice una nota en DAMN [N. del R.: El programa especializado en música urbana de Vorterix] y me reconocían el lugar en la escena; eso me hizo muy bien, hay muchos pibes que por ahí no saben. Hay una generación intermedia entre los pibes del trap y yo que no tuvieron la posibilidad de explotar y que son parte de ese camino para que los pibes de ahora puedan explotar. Si hago un tema con Duko es porque es el más fresco del momento. Ojalá hubiese estado en los 90, porque la tiene atada, son pibes que entendieron todo el juego. Hay varias ramas de música urbana y hay tantos buenos… Tenés a un pibe como Wos que la rompe con el freestyle. Me encanta Diamante Ayala, Cumbia Trampa, el disco de Ysy-A… Hay cosas muy grosas en lo urbano.

–¿Ese reconocimiento te hizo más fácil el trabajo a la hora de reclutar artistas para Muta?

–Neo (Pistea) fue el primer artista que firmamos, y ese día me dijo “Mi primer video de chiquito es cantando ‘Abarajame’” y es muy groso eso. Esta generación es mucho más abierta, escucha rock y cualquier tipo de música. Para ellos no hay que demostrar que lo otro no sirve, son ellos con todas las posibilidades del mundo. Eso me gusta, no hay prejuicio. En los 90 había mucho hate, todos se puteaban, todos eran enemigos, todos se odiaban, y por eso no hubo unión como hubo en Chile o Puerto Rico. Acá había muchos grupos y no podía haber festivales porque se odiaban todos.

–Fue absorber la peor parte de la guerra de las costas en Estados Unidos.

–Hubo mucho de eso, era un momento muy áspero acá también. Había mucha monada y se entiende, pero si hubiesen estado más unidos, hubiesen quedado en la historia. Ahora es el turno de esta generación urbana que está haciendo historia a nivel mundial. Desde los Kuryaki que no había un hit urbano y ahora están Neo Duki, Khea, Cazzu… hay un montón. Te puede gustar o no, cada uno tiene su movida, pero están todos pegados y eso está bueno. Ver que raperos puertorriqueños están usando palabras argentinas… ¡se está cruzando toda la cultura! Tiene que ver con las redes sociales, que tenés acceso a saber lo que pasa en cualquier lado. Y el freestyle también: para saber lo que está pasando tenés que entender el código de cada país, el slang, porque si no, te comés una y ni la viste venir. Eso acercó mucho, es un lindo momento para lo urbano.

–¿Cómo te llevas con la cantidad de información musical que hay disponible? Parece que las opciones son infinitas.

–Soy mestizo musicalmente. Los años pasan y el mundo se esta mestizando mucho más. El concepto de playlist me parece hermoso, así es como escuchan música los pibes hoy. Pasan de una música a otra así como si nada. Imaginate un festival como Lollapalooza en los 90 acá, hubiese sido imposible. No podías mezclar Metallica con Alejandro Sanz: moría gente, literalmente. Por suerte está cambiando eso. Yo quiero seguir llevando la bandera de la libertad y no pensar en lo que van a decir sino en hacer lo que siento.

–“Si no canto lo que siento…”

–Bueno, es muy loco. Mi viejo también la pasó y yo sufría mucho las críticas que le hacían con respecto a sus cambios. Por suerte, a mi viejo le chupaba un huevo lo que le dijeran y yo me acostumbré a eso. Uno tiene que seguir ese fuego, no hay que romper esa, es la única que hay.

Dante Spinetta
Con Duki hace “Verano Hater”. Foto: Sony Music

–Tanto en tu tema con Duki como en tu tema con Neo Pistea, la figura del “hater” es clave. ¿Se termina convirtiendo en una suerte de combustible?

–El hater está en cada posteo, cada dos comments aparece… Hay haters de todo. Y es la energía negativa que queda en el aire. Entonces, está bueno que por ahí alguien se mire al espejo y diga “Che, ¿no estaré siendo el hater yo?” y por ahí alguien la reflexiona.

–¿Cómo pensaste la música de “No sigas”? Es súper sexual pero a la vez no termina de explotar, es que como que se queda ahí. Y recupera algo del sonido afrofuturista.

–Me manejo con mucha libertad cuando estoy armando las bases. Cuando estaba haciendo el beat de “No sigas”, quería que tenga ese dembow sexual trabadito, pero me faltaba algo. Ahí fue que le metí esa percusión tribal y me di cuenta de que tenía el tema. Se lo pasé a Neo y le encantó.

–Hace un rato hablabas del peso que tuvo una letra como la de “Abarajame”. ¿No sentís que hoy el trap argentino necesita un tema que hable del contexto sociohistórico actual?

–Creo que hay una escena que está diciendo cosas. No es el momento más antisocial de la música, es cierto que podría serlo un poco más, pero eso puede aparecer en cualquier momento, está ahí latiendo. No sé, para mí, todo a su debido tiempo. No estoy esperando eso, estoy esperando arte, escuchar música que me guste. Actitudes políticas las espero más de los políticos que de los músicos. Y también me pasa que cuando escribí canciones muy sociales no las publiqué, porque la energía se me re trunca con eso. La política ensucia todo lo que toca; entiendo que es necesario, pero hay gente que lo puede hacer mejor que otra. Residente lo hace perfecto, lo maneja muy bien. Y el arte es necesario para combatir toda esa mierda, ese desaire mundial que hay con el poder. El arte combate desde el lugar del arte. Pero igual yo creo que en cualquier momento va a bajar un temote que se llame “Il Gatto” (risas), como el restaurante… Hay un subtexto, están hablando los barrios más que nunca en ese sentido, la voz la tiene el hood y eso es grosso. Todos los barrios tienen sus exponentes y puede haber un quilombo importante si se ponen a tirar todos contra algo, se va a notar groso. Creo que hoy la musica urbana tiene un poder gigante, mirá lo que pasó en Puerto Rico con Residente y Bad Bunny.

–Eso puede ser un punto de quiebre muy grande para un artista como Bad Bunny.

–Por eso se juntaron. Residente no se junta con cualquiera. Lo que pasó en Puerto Rico es un hecho histórico que nace de artistas. Estuvo Ricky Martin… todos juntos convocando gente sin partidos políticos y rajaron a un quía pesado: eso es histórico. Algunas veces, uno no se da cuenta del poder que tiene. Acá, políticamente, esa situación hubiese sido imposible, hubiese corrido sangre, es más violento. Allá, quieras o no, el sistema es Estados Unidos, acá en cualquier marcha te matan un pibe. Es muy heavy la historia acá con los grupos de choque.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR MAREMOTOM CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE SILENCIO. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Comments are closed.