El diablo entre las piernas, es la película del cineasta mexicano Arturo Ripstein y de la guionista Paz Alicia Garciadiego.
Ciudad de México, 6 de marzo (MaremotoM).- El diablo entre las piernas, de Arturo Ripstein, es una película que no nos deja indiferentes, revuelve el estómago, agita la conciencia, revoluciona el pensamiento, ¿será posible que dentro de tanta violencia exista el amor?, ¿es posible que el deseo de la carne no muera con los años?, ¿será que la necesidad de amor lleva a sublimar el insulto más asqueroso?
“La vida nos hace entender a todos, a trompadas pero nos hace entender”, filosofa Beatriz (Sylvia Pasquel) atrapada en el palacio del deseo, el sexo, los celos, la violencia, los recuerdos y quizá el amor, que su marido ha construido para ella.

Beatriz y su marido llevan años de casados, abandonados por los hijos, “dejados de la mano de Dios”, el tedio los alcanzó, sin embargo, ella no está dispuesta a morir sin disfrutar de su vida y del placer que su cuerpo le proporciona, eso provoca en su esposo (Alejandro Suárez) unos celos enfermizos que vuelven insoportable la convivencia, de la cual es testigo Dinorah (Greta Cervantes), la chica que ayuda a los quehaceres domésticos y al mismo tiempo funge como conciencia de ambos.
El diablo entre las piernas, es la película del cineasta mexicano Arturo Ripstein y de la guionista Paz Alicia Garciadiego.
En conferencia de prensa Ripstein aseguró que desde el momento que leyó el guión éste lo cautivó, “una historia de amores seniles es profundamente atractiva”.
Para Garciadiego más que hablar de “amores seniles se trata de pasiones seniles. Lo que yo quería hablar simple y llanamente era de la decrepitud, cómo va entrando al cuerpo, pero no al alma. Me interesaba mucho hablar de las pasiones y sobre todo la sexualidad en los viejos, que es literalmente un tabú”.
Filmada en blanco y negro la cinta remueve las entrañas porque expone de manera más cruda el alma de los personajes, para Beatriz la violencia de su marido hacia ella, es tan cotidiana, tan normal, que incluso la traslada a la palabra escrita y para ella es poesía.
Para la protagonista de la cinta, su personaje es incluso romántico “ella se deja convencer por los celos del marido de que esa es una manera de idolatrarla, de amarla, de demostrarle su amor”.

La película no solo expone ese diablo que habita la entrepierna de hombres y mujeres, sino de esos diablos que se cuelan en la mente, en el día a día de una pareja que aprende a sobrellevar una vida mediocre, vacía, plagada de silencios y que se conforma con los recuerdos hermosos o dolorosos y tóxicos, según la mente de quien los evoque, aunque en lo individual se nieguen a perder esos paraísos que les brindan aire para soportar su realidad.
Alejandro Suárez, encarna a un personaje que ni siquiera merece un nombre, es simplemente “el viejo” y al final uno entiende el porqué, se extravió, se olvidó de sí mismo, para vivir, para rumiar los celos que le han arrebatado la personalidad y el amor propio, que lo hacen incapaz de sentir placer incluso con su amante, incapaz de hacer valer su nombre.
Al final El diablo entre las piernas es una película que no solo habla de amores y pasiones entre viejos, sino de la vida misma en el ocaso de ésta.
Acompañan en esta historia a Silvya Pasquel y Alejandro Suárez, Patricia Reyes Spíndola, Daniel Giménez Cacho, Greta Cervantes y Erando González, con una participación especial aparece el historiador Jean Meyer. La cinta empezará a exhibirse el próximo 20 de marzo en salas comerciales de 20 ciudades de la república, así como en cines del circuito cultural del país.
Fuente: Revista Los Cínicos. Original aquí.