Olga Gutiérrez: “El poema siempre está dentro de mí”
Emily es un homenaje a la propia vida de la poeta y científica, que vuelve a la edad de su niñez, de la que nunca ha partido realmente, para recuperar la voz de Dickinson y de sí misma.
Ciudad de México, 28 de abril (MaremotoM).- “querida, ¿eres Dios?”, se pregunta la poeta Olga Gutiérrez en su maravilloso libro publicado por el CETYS, a cargo del editor Jorge Ortega.
Emily es un homenaje a la propia vida de la poeta y científica, que vuelve a la edad de su niñez, de la que nunca ha partido realmente, para recuperar la voz de Dickinson y de sí misma.
“A través de un relato lírico a propósito de las poéticas híbridas del ahora, Emily, de Olga Gutiérrez Galindo, amalgama flujo de conciencia, memoria personal y registro del mundo, propiciando con un ritmo sincopado múltiples entrecruzamientos del conocimiento especulativo y la experiencia vital. Matemática, geografía, arte, gastronomía y recuerdos viajeros tan precisos como una ecuación, concurren veladamente a una trama íntima de genuina densidad humana que discurre bajo la advocación de Emily Dickinson, la poeta de Amherst, una figura que en distintos escenarios del libro abre con sutileza la puerta a la extrapolación del yo poético. Por lo demás, la edición bilingüe español-inglés aspira a exaltar la universalidad de la poesía en una época urgida por el afán de abolir fronteras y reivindicar la comunión idiomática. En suma, estamos ante una obra construida en forma y contenido desde un radical sentido de modernidad para, al final del día, ser contemporánea de nuestro tiempo”, opina el editor y también poeta Jorge Ortega.

Encuadernado en rojo, es un libro para tener debajo de la almohada y dormir con él, tratando de captar una voz que trascienda estas dimensiones.
“Tres ejes rectores sostienen desde su origen la poética de Olga Gutiérrez Galindo: La religión, las matemáticas y la sexualidad. A partir de estos conceptos se puede observar la encrucijada por la cual los poemas de este libro tienden a repasar –a veces entre sarcasmo, a veces casi entre rezos, a veces entre profundo dolor- la circunstancia vital de la escritura”, dice Amaranta Caballero Prado en la contraportada.
–¿En algún momento cuando leías a Emily Dickinson pensaste que había una idea de totalidad, de Dios?
–No me puedo imaginar cómo será Dios y las religiones están súperlimitadas. Dios para mí es el gran desconocido, espero nos encontremos alguna vez. No sabemos ni siquiera cómo es el universo. Podemos conocer la física cuántica, pero estamos muy limitados. A los científicos que me leen los desafío. Traten de indagar y ver qué realmente lo que se conoce es mínimo. Hay mucho que desconocemos. Es muy padre para una mente científica decir que hay tanto por aprender, tanto por conocer, tanto por investigar.

–¿Cuándo descubriste a Emily Dickinson?
–A Emily la descubrí en la primaria y leí su poema “El cerebro es más amplio que el cielo” y me quedé repitiendo el poema. Siempre se me quedó eso. Todas las palabras que he leído de Emily Dickinson las he vivido, ahora la entiendo mucho.
–La poesía no tiene diferencia de edad. La puede leer un niño o un adulto y cada uno entenderá lo que quiera
–La poesía es algo de lo que cualquiera puede hablar y puede haber un millón de palabras acerca de la poesía, pero la poesía es mucho más que eso. Nuestro cerebro no pudo, la poesía cobra otras dimensiones. En otro espacio tiempo, en otra forma u otra materia, va a ser distinta. ¿Eso va a ser Dios, quién sabe?
–¿Cuándo se te ocurrió hacer un libro de Emily Dickinson?
–Hace como unos diez años que vengo pensando en hacer un libro. Esta Emily salió porque me pidió Jorge Ortega que hablara algo sobre Dickinson. Yo soy malísima para escribir evaluaciones sobre mi poesía o hacer teoría, así que salió este libro. Para mí la única que he estudiado a fondo es Emily Dickinson. Para mí ella es súper especial entre todos los poetas que he leído.

–¿El sexo, la ciencia, la inconsciencia, es el discurso con el que te acercas a Emily?
–Son unos de tantos. Amaranta Caballero dice que hay que tres ejes, es probable, los tres ejes se mezclan. No es algo que haga consciente. No es algo que yo planee. Veo las cosas de otra forma. No busco ningún elemento matemático, todo está dentro de mí.
–¿Es una escritura más madura?
–Es una etapa de mi vida donde siempre soy niña. A veces me digo que me gustaría madurar, pero la verdad siempre me vuelvo cuando tengo siete años.
–Cuando leías a Emily Dickinson…
–Exactamente. No lo había pensado pero es así. Siempre vuelvo porque la poesía me la enseñó mi abuela cuando yo tenía cinco años. Ella me cantaba los salmos, así tomé contacto con la poesía en la infancia. Antes de aprender a leer mi abuela me dio a conocer los salmos.