Este viernes 17 de julio se presentará en la Escuela de Verano, de la UANL, dando un concierto con su piano desde Café Iguana y hablando de problemas y soluciones para lo que es la profesión. Le hemos hecho una nota, porque siempre es bueno hacerle una nota.
Ciudad de México, 15 de julio (MaremotoM).- Homero Ontiveros es un gran músico. No sólo pertenece al grupo Inspector, como tecladista y cantante, sino que también ha preparado un disco en solitario, algo que le permite defender sus propias canciones.
Hace poco sacó Nada que perdonar, en el que otras cosas hace un tema “para acompañar” a los familiares de los desaparecidos.

Además, por supuesto, es una cabeza pensante y parlante que habla desde Monterrey, la escuela del rock con cumbia, del chúntaro style, de El gran silencio, de Celso Piña y obviamente de Inspector.
En su periódico La Zona Sucia habla del confinamiento, del virus, de cómo salir de esta crisis para miles de músicos que hoy están desorientados y perdidos algunos, muchos de ellos –como él- haciendo canciones y tratando de no perder el tiempo.
Este viernes 17 de julio se presentará en la Escuela de Verano, de la UANL, dando un concierto con su piano desde Café Iguana y hablando de problemas y soluciones para lo que es la profesión. Le hemos hecho una nota, porque siempre es bueno hacerle una nota.
–¿Qué es lo que vas a hacer en la Escuela de Verano?
–El viernes voy a estar dando un concierto, antes de eso hablaré de un poco alrededor de música y de canciones. Los temas serán de mi disco Nada que perdonar, en piano y voz, desde el Café Iguana.
–¿Cómo te ha ido con el disco, estás pensando seriamente con tu carrera solista?
–Son las dos cosas. Sigo con mi carrera con Inspector, pero cuando empecé a grabar el disco y las satisfacciones que éste me dio, me hicieron pensar que es lo que le da sentido a todo lo que hago. No es una carrera que esté basada en cuánto éxito voy a tener, sino que están de acuerdo a mi necesidad creativa y que voy a hacer canciones por el resto de mi vida.
–Claro, te preguntaba por tu necesidad creativa, ¿Qué canciones compones que no las puedes componer para Inspector?
–Hay figuras en la música y que he seguido desde hace varios años, que son Fito Páez, Charly García, Bob Dylan, Caetano Veloso, la mayoría hace canciones en un tono casi confesional. Tenía ganas de hacer este tipo de canciones, en un tono confesional. Para eso es necesario que haya una sola persona, no es válido para un grupo de nueve músicos. Las canciones son lugares de encuentro y el primero que se tiene que encontrar es uno. Esa es para mí la diferencia. Estas canciones las puedo respaldar, las puedo defender, porque están hechas desde la perspectiva personal.

–La primera canción fue sobre el tema de desaparecidos…el lunes apareció una estadística de 70 mil desaparecidos en México, una cifra récord
–Para mí lo que es importante es aportar mi granito de arena a la sociedad desde mis canciones. La canción puede ser para entretener, pero también tener una fuerza transformadora social. También me gusta usar la canción para cierto sentido social. Lo que me parece preocupante es que ese es un número que va aumentado cada año y lo vemos como un problema que es de otros. Hay una cifra oficial, que fue la que nombraste, pero las organizaciones mencionan que solamente 2 de cada persona denuncian. Así que a esa cifra hay que multiplicarla por seis. Entendemos que esa multiplicación nos hace superar a la cantidad de personas desaparecidas que hubo durante la dictadura de Chile, de Argentina y de Uruguay. Lo que intenté con mi canción fue precisamente acompañar a las personas que siguen en la lucha y en la búsqueda de sus familiares ausentes. Ahora, en el confinamiento, estoy haciendo una serie de canciones, la primera que di a conocer es “Algo está cambiando”, desde el confinamiento y la hice con la intención de acompañar a quienes estamos viviendo el aislamiento. Con una canción que se pudiera sentir como un abrazo.
–¿Cómo será el concierto? Hay algunos músicos como Hernán Hecht o Jorge Drexler, que están un poco en contra de estos conciertos y hay otros que están muy a favor
–Cada quien tiene una perspectiva diferente. Habrá quienes puedan darse el lujo de no ir a trabajar durante el confinamiento, pero otros no podrán. Yo he estado muy activo en este confinamiento y he generado un poco más de público. De gente que me ha dicho: -Muchas gracias por haber hecho este streaming, porque hoy no fue un buen día y al escucharte me fue mucho mejor. La primera canción que sacó Jorge Drexler durante el confinamiento la hizo con su teléfono.

–La semana pasada Drexler hizo un concierto con todo su equipo y habló precisamente de rescatar un poco de belleza en los conciertos
–A mí lo que me gustó de ese concierto fue la imperfección. El hecho de poder ver a Drexler cuando se equivocaba varias veces, de hecho, una vez tuvo que empezar una canción otra vez, esa es la nueva modalidad. Los conciertos hechos desde casa quizá no tengan la calidad deseada, pero es una forma diferente de hacerlo, es lo que hay ahora. La naturaleza humanitaria de la música nos manda a estar con las personas. Yo he visto dos, el de Drexler y el de Gilberto Gil, que fueron una maravilla. Ahora bien, ambos conciertos fueron patrocinados por una marca cervecera y quedaron totalmente abiertos al público. Aquí nos cuestionamos en México es como hacer que la gente pague, en lugar de pedirle a los que tienen. A las empresas que van a hacer mucha publicidad.
–¿Estás a favor de los patrocinios?
–Sí, porque hay que tener una forma de subsistir y en este caso, todo el mundo sale ganando. Yo estoy a favor de que se tenga que pagar por la música, pero hay que tener en cuenta la situación en la que estamos. El gobierno por otro lado ha dejado muy claro que ni la cultura ni la música son prioridad, queda claro que la música para ellos no es lo importante y sin embargo ha sido la música la que no nos ha hecho caer en la desesperación en estos momentos de confinamiento.
–¿Vas a dar un curso, además?
–Sí, el día de hoy comienzo con un curso sobre las canciones, tengo experiencia en la canción popular, que no está tratada por las escuelas de música.