“Ismael Rodríguez es un director por descubrir”: Rafael Aviña en el CCU

Ismael Rodríguez, en la voz de Rafael Aviña

Escrito por el crítico mexicano, Un cineasta llamado Ismael Rodríguez fue editado por la Cineteca Nacional y recupera momentos importantes de la biografía del director.

Ciudad de México, 9 de octubre (MaremotoM).- En el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa 2019, el crítico e investigador de cine Rafael Aviña presentó Un cineasta llamado Ismael Rodríguez, un libro editado por la Cineteca Nacional que relata momentos personales y profesionales relevantes de la vida de uno de los cineastas más reconocidos de la Época de Oro del cine mexicano. En la presentación, que sucedió el 3 de mayo en la Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Universitario, Aviña compartió sus impresiones sobre la filmografía de Rodríguez.

“Yo no entiendo esta locura y esta inteligencia notable de Ismael, de cómo tenía esta capacidad para entender perfectamente cómo una serie de pequeños detalles podrían capitalizarse”, comentó el investigador al respecto de varias innovaciones que fueron sello de Rodríguez, como hacer secuelas y trilogías, filmar en los condominios Miguel Alemán o promocionar sus producciones con trailers y detrás de cámaras.

A pesar de contar con cierta ingenuidad o intención moralizadora en su forma de retratar la pobreza mexicana, el cine de Ismael Rodríguez -de acuerdo con Aviña- se aventuró a presentar imágenes brutales que conflictuarán al espectador de cine popular, como algunas secuencias de Nosotros los pobres (1948). “Podemos hablar de un cine gore primitivo: ninguna película mexicana había mostrado tanta sangre y tanta violencia”, declaró.

Aviña entrega otro ejemplar indispensable para cualquier investigador que esté interesado en la historia del cine nacional. Foto: Facebook

“Ni las películas de Gavaldón, En la palma de tu mano (1951) -que me fascina- o La noche avanza (1952) o las películas de Cuatro contra el mundo (1950), de Alejandro Galindo, tienen esta violencia latente que está en cada encuadre”, continuó. “Cada encuadre se divide en dos, creo yo: violencia y humor”.

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Aviña también habló de las formas de este realizador para catalizar las carreras de algunos íconos del melodrama nacional, como la sexualización y entronización de Pedro Infante o el descubrimiento del personaje infantil de Chachita, quien empezó a actuar a los 3 años.

“Todas estas anécdotas están contadas en esta historia, que en realidad no es más que un homenaje a un gran director”, afirmó el autor del libro, quien está seguro de que Rodríguez es un cineasta “al cual los mexicanos le debemos mucho” y cuyas películas deben ser vistas con una perspectiva nueva. “La verdad es que es un director por descubrir”.

Las fuentes principales de su investigación fueron tres entrevistas realizadas al cineasta mexiqueño: la de Alejandro Pelayo para la serie de televisión “Los que hicieron nuestro cine”, la de Gustavo García para su libro Memorias y la de Eugenia Meyer para la colección Cuadernos de la Cineteca Nacional. “Esas tres fuentes son las más importantes. A mí me llevó poco más de dos años revisar las películas, redactar el libro, revisar estos materiales. Fue un proceso largo, pero un proceso muy disfrutable”, concluyó Aviña.

Al concluir la presentación, se proyectó Borrasca en las almas (Ismael Rodríguez, 1954), cinta a la que el crítico calificó como “una rareza del cine mexicano”.

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