El David Aguilar

“La música es un negocio, pero no hay que dar el brazo a torcer”: El David Aguilar

Perteneciente a Universal Music, él mismo se pregunta ¿qué hago aquí?, fruto un poco de su habilidad social y un poco a que sus canciones la hicieron artistas tan importantes como Kevin Johansen y Jorge Drexler.

Ciudad de México, 4 de julio (MaremotoM).- El David Aguilar, uno de esos notables cantautores mexicanos, quien hace una canción como si le cayera del cielo, hace lo que quiere, porque precisamente hacer lo que desea “me hace estar bien” y dentro de un mes dejará su gran proyecto en solitario para iniciar una aventura llamada Vacación, con su colega Caloncho.

Juntos grabaron un disco producido por Adán Jodorowsky y entiende que “componer de a dos, uno tiene que ceder”, al tiempo que hacer canciones con su amigo lo lleva a cuando él empezó a hacer temas, cuando tenía ese candor sin la profesión, sin el marketing ni las disqueras.

Perteneciente a Universal Music, él mismo se pregunta ¿qué hago aquí?, fruto un poco de su habilidad social y un poco a que sus canciones la hicieron artistas tan importantes como Kevin Johansen y Jorge Drexler. Sumado a eso es que a veces hace jazz con el bajista Aaron Cruz o veces hace canciones un poco contestatarias como “Me vas a ver Tijuana”, que es con la que concluye el adelanto del EP Reciente.

La canción fue compuesta como si fuera cantada por un migrante en primera persona. Habla de alguien que va de sur a norte como suelen ocurrir la mayoría de las migraciones actualmente en el mundo, no sólo en América sino también en Europa.

Tijuana es una ciudad importante para El David Aguilar, ya que la visita de manera cotidiana. Le parece muy delicada y poética ya que es una de las fronteras más grandes y acaudaladas del mundo.

La música está inspirada en la música country lento como Willie Nelson y Gillian Welch y fue producida por Carles Campi Campón (productor de Jorge Drexler, Vetusta Morla y muchos otros).

Este EP corresponde al adelanto de un disco de 15 canciones y la producción general es de El David Aguilar. La grabación del álbum fue hecha en distintos lugares, ya que cada tema tiene un productor diferente. Las letras y el estilo son muy variados, canciones de diferentes épocas de su vida. No corresponden necesariamente a una línea en el tiempo.

Hasta el momento ha publicado 5 discos; 3 grabaciones caseras entre 2003 y 2010 y 2 discos de estudio de manera independiente: Ventarrón (2011) y El David Aguilar (2014).

–¿Qué significa Tijuana para ti? Creo que se parece mucho a Ciudad de México, que hay una relación

–Es cierto. No sé lo que es, pero lo noto. La población que tiene la Ciudad de México, como Tijuana, ha terminado de ser como una especie de síntesis de Centroamérica. Ahora que he ido a Tijuana he visto a los 5000 haitianos que han “invadido” la ciudad. Lo que siento por Tijuana es un sentimiento complejo, estoy ahí e identifico al problema de la migración tan cercano. Al mismo tiempo lo encuentro súper poético, es como un viaje, la vida se abre mucho a emigrar, a trasladarse, está inundado de historias y de misterio. Hay pudor al respecto porque también hay mucho dolor. Todo eso hace una olla muy poética para mí. La frontera, cuando fui por primera vez, no tenía papeles y ver desde los barrotes el centro de San Diego fue para mí muy impactante. Es una ciudad que puedo ver, puedo acceder caminando y no poder hacerlo realmente por una decisión política. Fue como la primera vez que tuve la percepción del concepto de frontera. Fue muy shockeante.

El David Aguilar
La frontera, cuando fui por primera vez, no tenía papeles y ver desde los barrotes el centro de San Diego fue para mí muy impactante. Foto: Cortesía

–El tema de la frontera se ha ampliado muchísimo en Tijuana últimamente

–A grandes rasgos, fui después de mucho tiempo. Me enteré de los haitianos, he visto los reencuentros que hay en los barrotes, mexicanos y estadounidenses, se juntan en un área en común…

–¿Cómo es “Me vas a ver Tijuana”?

–Es una canción muy general. Esta canción, por su naturaleza musical, se prestaba a hacer hincapié en aspectos emocionales muy puntuales. La parte en la que dice “y ni es mi plan allá quedarme, tan sólo es un rato, incluso si has de deportarme no vas a encontrar a un perro que vuelva y ladre”. Habla de la dignidad del migrante, que está muy pisoteada. En esa línea, yo trataba de poner en forma popular ese sufrimiento. También tiene ese lado místico. El estribillo es muy sencillo: “Suerte que esperas por mí, no desesperes”. Esto puede ser tomado qué suerte que tú esperas por mí, no te desesperes o tomado como un deseo a la mera suerte, al azar.

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–Estoy pensando en todo Latinoamérica, una tierra de migrantes que van y vienen

–Yo lo que pienso es que lo de la migración no es algo que tenga una solución. Es absurdo. Es como lo que dice Alfredo Jalife: Sólo se puede resolver con un plan Marshall. Es en Honduras, en Guatemala, en Nicaragua, donde está el problema. ¿Cómo no van a dejar de migrar si allí no tienen una oportunidad digna para vivir? Hay un historial familiar con los Estados Unidos y se vuelve mucho más complicado que querer cerrar un país y exigirle un gobierno al otro que haga tal cosa. Tiene que ser una cosa más internacional.

–Hay gente le gustaría escuchar de ti sólo canciones de amor, que no te metieras en estos temas graves

–No me importa. A mí lo que me importa es sentir que me entretengo y que lloro con las canciones que escribo. Lo que venga después no me importa. Si le gusta a la gente, si estoy cumpliendo con las norma sobreentendidas de la industria musical, no me importa. De hecho es muy insólito que yo esté en una compañía discográfica (Universal Music). De pronto llegó ahí y los propios periodistas me dicen: ¿Qué haces aquí? La verdad, no lo sé. Me motiva un poco porque si alguien como yo, con este perfil de libertad, está ahí dentro, me da esperanzas. Sucede también es que soy muy hábil socialmente, me he sabido colar. La verdad es que la mayor cantidad de música que gobierna la industria no tiene contenido. Se entiende que es un negocio pero no hay tanto que dar el brazo a torcer, sino ¿qué chiste?

El David Aguilar
A mí lo que me importa es sentir que me entretengo y que lloro con las canciones que escribo. Foto: Cortesía

–Has sido producido por Carles Campi Campón, ¿cómo ha sido ese encuentro?

–Muy afortunado, yo lo adoro a él. Algo que me ha dejado este trabajo, es hacer “anti-álbumes” y lo llamo así porque cada canción tiene un destino independiente desde la raíz. Hay canciones que fueron escritas en el 2009, no hay ni siquiera una correspondencia cronológica, sino la canción como universo último a perseguir, no el álbum. Es muy intuitivo, no hay un tema que los une. Me veo a mí mismo como un cancionista de temas sueltos, no de álbum. Compongo muy alternativamente. Ahora he estado haciendo estos tracks con distintos productores. “En el café” la produjo Javier Barría, de Chile. Hay una que hizo en Brasil Alexandre Kassin, pero esa canción todavía no ha salido. Campi Campón con la canción de Tijuana y ha sido muy hermoso, porque él entiende las canciones. Pura felicidad mi vida.

–¿Qué vas a hacer con Caloncho?

–Ya hicimos un disco, producido por Adán Jodorowsky, un disco mucho más ligero y nos hemos encontrado en la mitad de un puente, me refiero a la parte musical. Somos amigos desde hace varios años, como no nos dimos cuenta de que nos sentamos una tarde y hacemos tres canciones, algo que no pasa de manera común, hicimos un disco juntos. Ya está grabado el disco y ahora queremos que lo escuche la gente y tenemos una serie de conciertos a partir de septiembre, hasta marzo.

–Veo que haces lo que se te antoja…

–Sí, tengo amigos que me dicen que está medio raro, la disquera va a decir qué onda, contigo. Realmente no me importa. Lo que tengo es que sentirme bien, no me quiero desesperar.

–¿Las canciones con Caloncho son distintas a las que tú haces individualmente?

–Sí, porque son hechas por los dos. En la composición en coautoría no queda otra más que ceder, a veces tienen que ver con la energía de los dos integrantes. Son distintas en el sentido de que son como más locas. Siento que con él compongo como cuando era más chico, lo que se me ocurre en el momento, sin darles tantas vueltas.

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