“Los huesos en México son algo que nos ha tocado vivir en forma muy dolorosa”, dice el autor de Un rosario de huesos, de la Universidad de Querétaro.
Ciudad de México, 10 de septiembre (MaremotoM).- Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto, galardonado con el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013, es probablemente el libro que más me guste de Jorge Humberto Chávez (Ciudad Juárez, 1959).
Había mucho lirismo allí y tal vez la emoción de un hombre derrotado por sus propios sentimientos, que recurre a su derrota para emerger con una poesía total y descarnada.
Ahora sale Un rosario de huesos, vía la Universidad de Querétaro, con 25 poemas que revelan el derecho a homenajear a T.S.Eliot, el gran poeta que lo acompaña desde su juventud.
“Cuando era muy joven, era profesor rural en Chihuahua, gané un premio. Alí Chumacero era presidente del jurado. Me llegó una nota de un periódico, en 1981, donde Alí decía que tenía influencia de Eliot. Yo jamás había leído a ese poeta. A los 30 años me dispuse a leer la poesía de Eliot, hay un poema que considero central que se llama “Miércoles de ceniza”, dice Jorge Humberto Chávez.
…Señora, tres leopardos blancos estaban recostados bajo un árbol de enebro
A la fresca del día, tras haberse saciado hasta el hartazgo
De mis piernas mi corazón mi hígado y aquello que había sido el contenido
De la esfera ahuecada de mi cráneo. Y dijo Dios
¿Vivirán estos huesos? ¿Vivirán estos huesos?
Y aquello que había sido el contenido
De los huesos (que ya se habían secado) dijo con un gorjeo:
Gracias a la bondad de esta Señora,
por su belleza, y porque
honra a la Virgen meditando
brillamos relucientes…
“Ese poema habla de los huesos, haciendo alusiones bíblicas…entonces leí durante 30 años leyendo ese texto. Es muy difícil hablar de los huesos habiendo leído la obra de Eliot, algunos otros poetas lo han tocado, por otro iba tomando notas y de pronto, hace como tres años, me dije ya estoy viejo y quizás tenga el derecho de hacer una relación con el gran poeta que me ha seducido hace muchos años”, agrega.
“Es un texto filosófico, donde no puedo evitar hacerme cargo de los huesos de México”, dice el poeta afincado en San Luis Potosí.

“Los huesos en México son algo que nos ha tocado vivir en forma muy dolorosa. La enorme tragedia viene desde el principio de los 90, con los feminicidios en Ciudad Juárez. Empiezan con las masacres de hombres en el 2000, los casos de personas que se han dado por ejemplo en San Fernando, Tamaulipas, son un drama donde la verdadera presencia del disvalor y de los muertos, muertos y muertos, donde los huesos son fundamentales”, afirma.
–Todas estas grandes matanzas que no podemos comprender…pensaba ayer en Rosario Ibarra, una persona que no comprende lo que está pasando ahora
–Esto es parte de la corruptela política que nos caracteriza como país. El gobierno de hoy me parece que no es menos corrupto que los anteriores, una de las formas que prevalece es en el amiguismo, el compromiso férreo del poder con personajes nefastos.
–¿El tema del feminicidio te ha tocado particularmente?
–En Ciudad Juárez empezó a ocurrir el feminicidio hace ya mucho tiempo. Es un fenómeno singular. Aparece un caso, aparece otro, el fenómeno de los muertos del narco cada vez más próximo. Cuando pasa en tu colonia, luego pasa en tu casa, como cuando se dieron casos de masacre, hay un texto en Un rosario de huesos donde se narra el asesinato de un padre y sus dos hijos, pues bien, eran mis primos hermanos. En el caso del feminicidio ocurrió en un momento álgido en Ciudad Juárez, llegaban 400 personas, casi todas de Veracruz, innumerables mujeres que ni siquiera tenían la mayoría de edad, de modo que tenías a miles de muchachas trabajando en las maquilerías, todas muy vulnerables. El fenómeno comenzó a producirse con mucho horror. El egipcio no es el responsable de tantas muertes. Era la ciudad la que estaba matando a las mujeres. Hubo bandas, hubo crímenes sexuales que cometieron abusadores de los Estados Unidos que podían entrar sin acreditación. Este caldo de cultivo, de violencia machista, de depredación sexual, fue un laboratorio para nuestra ciudad.

–Un rosario de huesos es el libro de un poeta consagrado, ¿qué le dirías tú a los jóvenes poetas?
–Yo normalmente he dado talleres de poesía, no tengo una fórmula, hay muchas poéticas, lo único que creo es que se debe escribir con verdad. La historia de tus circunstancias y debes encontrar los temas consistentes con tu tiempo. Uno tiene que hacerlo estando de pie sobre la obra anterior. Uno no ha leído mucha poesía, estamos parados sobre un suelo que es muy movedizo, la única manera de encontrar tu voz es escuchando cómo han cantado los otros.