En 2012 ganó el premio Alfaguara de Novela por su obra Una misma noche, en la que reflexiona sobre la dictadura.
Ciudad de México, 15 de mayo (MaremotoM).- El escritor, poeta y traductor Leopoldo Brizuela, autor de obras como Inglaterra. Una fábula y Lisboa. Un melodrama, falleció ayer a los 55 años.
Brizuela trabajaba desde 2016 en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos y su última obra publicada es Ensenada. Una memoria, por Alfaguara, donde narra el presente y la mitología de una niña que vivió los años del primer peronismo y su derrocamiento y proscripción. Poliya es esa niña que asiste, con inocencia y picardía, a la epopeya familiar que se inicia el 19 de septiembre de 1955, cuando la Marina amenaza con bombardear la refinería YPF de Ensenada, cerca de La Plata, si Perón no renuncia a la presidencia. Ese éxodo que dura apenas unos días es narrado por las múltiples voces de la familia -la propia Poliya, la Tía Beba, Tota, Gogo, Toni- y por los abuelos, los vecinos, los obreros de la refinería en un largo plano-secuencia que resucita los sabores, los olores y sobre todo los tonos y las voces de un pasado íntimo y a la vez, colectivo, nacional.
Narrador, poeta y traductor, Leopoldo Brizuela publicó su primera novela, Tejiendo agua, a los 18 años y entre otras de sus obras se encuentran también El placer de la cautiva y Los que llegamos más lejos.
En 2012 ganó el premio Alfaguara de Novela por su obra Una misma noche, en la que reflexiona sobre la dictadura.
Ese mismo año, en México, presentó la novela premiada. Fue en el Lunario del Auditorio Nacional de la Ciudad de México y estuvo acompañado por el escritor mexicano Xavier Velasco y ante la presencia de más de 400 personas. En noviembre estuvo presente en la Feria del Libro de Guadalajara.
Claudia Piñeiro, la conocida escritora argentina, dijo en Facebook: “Todavía no puedo creer que haya muerto Leo Brizuela. No puede ser cierto. Gran persona, escritor exquisito. Una pena irreparable”.

“Con Leo Brizuela trabajamos como el “comité de selección” para el premio de novela de Clarín. Junto con Jorgelina Núñez nos reuníamos en un depósito infecto de una calle con nombre de milico que no me acuerdo. El 90% de material era de terror, ilegible. Pero igual había que darles una leída, aunque fuers por arriba. “Esto hace mal”, decía Leo. Y para moderar un poco el daño inventamos un personaje que se llamaba “La mujer de Ernesto” . La mujer decía cosas tales como “Ay Ernesto, nunca me imaginé que escribías tan lindo”. “Ay Ernesto, no quiero que lo lean los chicos” o “¿No se dará cuenta la tía que el personaje es ella?”. Después retomamos el juego en Facebook, donde Ernesto y Matilde intercambiábamos comentarios de ese estilo y donde corría la sombra trágica de Sabato y su cándida esposa. Lo recuerdo como un tipo bien humorado que de pronto podía retraerse, muy afectuoso y de entusiasmos solitarios que encontraba un raro modo de que los demás los compartiéramos. Me habló de su enfermedad, pero no sé si por pudor o porque lo creía así, decía que estaba todo controlado. La muerte hace que las despedidas estén un poco de más. Yo me quedo con el placer de haberlo frecuentado, con el recuerdo de sus sonrisas un tanto indescifrables y con los libros que escribió”, dijo el periodista Marcos Mayer.
“Con esa generosidad total, Brizuela fue de los primeros en descubrir y promover autores. Especialmente autoras. Hace unos años —más o menos para la época de la primera marcha de #Niunamenos; creo que fue unos seis meses antes— publicó una columna muy provocadora en el blog de Eterna Cadencia en donde decía que los hombres deberíamos leer mucho más a las mujeres. Era un especialista en desarticular estructuras anquilosadas. Sabía qué ladrillo mover para que uno descubriera que ese edificio de saberes que uno piensa que es la literatura argentina a veces no es más que un castillo de naipes lleno de complejos”, recuerda en una nota el periodista y escritor Patricio Zunini.
“Cuánta tristeza la muerte de Leopoldo Brizuela, un escritor querido por amigos y colegas y muy necesario en la literatura argentina de estos años”, dijo en Twitter su colega Sergio Olguín.
“¡Qué pena empezar el día con una noticia tan triste! Conocí en España a Leopoldo Brizuela en 1993 y lo reencontré varias veces durante años. Generoso, amable, inteligente. Inglaterra: una fábula y Una misma noche están entre los mejores libros en castellano de mi generación”, dijo el escritor peruano Iván Thays.
https://www.youtube.com/watch?v=Tut2INENtQA