Miles Davis: Birth of The Cool, documental de Stanley Nelson, con acceso a los archivos personales del genio del jazz.
Ciudad de México, 12 de marzo (MaremotoM).- No es tan fácil ni siquiera en un documental atrapar la personalidad de un artista. Sobre todo si ese artista está muerto y sus obras son consideradas la expresión de un genio.
Birth of The Cool es un disco de Miles Davis, publicado inicialmente por Capitol en 1954, bajo el título Classics in Jazz: Miles Davis, en un LP que incluía solamente 8 temas y que obtuvo una gran repercusión. También ahora se llama un documental dirigido por Stanley Nelson y lo que podríamos decir es que el realizador, teniendo acceso a los archivos personales de Miles, con muchas fotos y anécdotas, pareciera ser que también tuvo a los hijos de Miles, vigilando para mantener una imagen más cerca del ídolo que del Diablo.
Woody Allen tiene una película maravillosa con Sean Penn (basada tal vez en el guitarrista Django Reinhardt), Sweet and lowdown, en donde este músico ficticio vive la leyenda que atraviesa todo el Sur de los Estados Unidos: se dice que para ser un gran guitarrista hay que pararse de noche en un cruce de caminos hasta que aparezca el Diablo y le enseñe.

No sabemos si así hizo Miles, lo cierto es que su genio para la música estaba metido en un pobre hombre, marcado por las drogas, el alcohol y el abuso, por su interés por el dinero y por ser decididamente un misántropo pertinaz y prueba de ello son las fotos fijas que recorren el documental, donde pareciera ser que el propio demonio sale de los ojos de Davis.
El documental de Nelson tiene muchas opiniones y todas dejan la sospecha de que algo más tendrían que decir pero no lo dicen, en un mar de palabrerías donde el artista real y el hombre verdadero no aparece, aunque claro, está la música más allá de la explicación de la música misma.
https://www.youtube.com/watch?v=34r017yYNa0
Una de las partes más destacadas de este documental que dura dos horas es precisamente cómo se hizo Kind of blue, probablemente el disco más aclamado y una gran obra maestra en medio de notables discos como Sketches of Spain, Miles Ahead o In a silent way, sólo por nombrar algunos.
Miles Davis nació en 1926, hijo de una familia acomodada, cuyo padre era odontólogo y fue quien le regaló una trompeta. El encuentro con Dizzy Gillespie, con John Coltrane, el comenzar a tocar muy pronto, sus clases en la Academia Juilliard y saber de antemano lo mucho que iba a sobresalir con la trompeta, le dieron pronto la fama y ese aire de superioridad que lo acompañó durante toda su vida.
Hay muchas entrevistas en la película y fundamentalmente son los músicos quienes agregan una parte de emoción para que nos demos cuenta de que hemos nacido tal vez para conocer a un músico como Miles Davis.

Está el saxofonista Jimmy Heath ( con quien grabó en 1953), el baterista Jimmy Cobb (que trabajó con Davis de 1958 a 1962) y los tres miembros sobrevivientes del gran quinteto de Davis a mediados de los años sesenta (el saxofonista Wayne Shorter, el pianista Herbie Hancock y el bajista Ron Carter, que se fue cuando Miles le propuso que tocara el bajo eléctrico) y el antiguo colaborador de Davis, el arreglista y compositor Gil Evans. También escuchamos las reflexiones de académicos como Farah Jasmine Griffin, Tammy L. Kernodle, Stanley Crouch y Jack Chambers; los recuerdos de viejos amigos de Davis, como Cortez McCoy y Sandra McCoy, la amiga de la infancia de Davis, Lee Ann Bonner y las reminiscencias del organizador del concierto George Wein, entre los de muchos otros participantes.
También habla una de sus mujeres, Frances Taylor, quien se refiere a cómo introdujo a Miles en el flamenco, llevándolo a un concierto a la fuerza, tras el cual Davis compró todos los discos de flamenco que encontró y grabó Sketches of Spain.
Taylor habla sobre los celos de Davis por su independencia personal y artística: fue elegida como bailarina en la producción original de West Side Story y Miles la obligó a abandonar el elenco. Una vez le dijo a Davis que encontró al compositor y arreglista Quincy Jones guapo y Davis la golpeó. “Ese fue el primero y no iba a ser el último, desafortunadamente”, dice Frances, quien lo dejó en 1965.

La película está basada en la biografía de Miles Davis, donde cuenta precisamente sus problemas con la heroína, una droga a la que dejó años después, solo, en la granja de su padre, en una vida que luego a raíz de la cocaína y el alcohol se cortó pronto (murió a los 65 años, víctima de un derrame cerebral).
Este músico que es “romántico sin ser sentimental” o como dice Carlos Santana, uno de los entrevistados, “se necesita mucho coraje para tocar una balada”, tenía un sonido que era “como una piedra que saltaba sobre un estanque”. Así lo dice Herbie Hancock, uno de los músicos que lo acompañó.