Un nuevo libro de un reportero de investigación japonés revela las terribles condiciones de trabajo en una gran instalación de distribución de Amazon en las afueras de Tokio. El libro se basa en informes encubiertos y numerosas entrevistas con trabajadores y describe un gran segmento del mercado laboral japonés dominado por empresas de trabajo temporal y condiciones de trabajo precarias.
Ciudad de México, 13 de octubre (MaremotoM).- En Un informe encubierto sobre el Imperio Amazon, de Yokota Masuo, el periodista de investigación afirma que los trabajadores de un “centro logístico” de Amazon (almacén y centro logístico), ubicado en la pequeña ciudad regional de Odawara a 80 km al oeste de Tokio, trabajan turnos muy duros físicamente que han causado al menos cinco muertes en los últimos cinco años.
En un extracto publicado en el sitio de noticias News Post Seven, Yokota explica cómo “se infiltró” en el centro logístico de Odawara en 2017 para informar sobre las condiciones de trabajo. El periodista de economía ya había trabajado encubierto en 2004 para investigar a Amazon, para un libro anterior y una exposición premiada sobre el gigante de la industria textil Uniqlo y a menudo informa sobre cómo los trabajadores en Japón se ven afectados por un entorno laboral que cambia rápidamente.
Trabajando como “recolector” a tiempo parcial para el montaje de los pedidos de los clientes, Yokota entrevistó a otros empleados en el centro logístico, incluidos personal asalariado de Amazon, trabajadores temporales de reparto y empleados de empresas subcontratadas de transporte y logística.

Amazon, que representa el 20 % de las ventas de comercio electrónico en un mercado japonés de 86 millones de compradores en línea, abrió su centro logístico de Odawara en 2014. El extenso edificio de varios pisos, similar a un almacén, cubre una superficie de 60 000 metros cuadrados, “más o menos el tamaño de cuatro estadios como el Tokyo Dome“ -según un artículo- y emplea a unas mil personas. Las instalaciones se construyeron con el fin de proporcionar un servicio de envío en el mismo día o al día siguiente en la cercana región de Tokio de más de 30 millones de personas, donde Amazon quiere continuar ampliando su negocio.
En el libro, Yokota dice que justo antes de empezar a trabajar se enteró de la muerte de “Uchida Rika” (seudónimo para proteger la privacidad de su familia), una mujer de 59 años que se desplomó y murió de un aneurisma mientras trabajaba para Amazon como recolectora.
Durante el tiempo de Yokota como recolector, murió un segundo trabajador de Amazon, “Kitajima Masato”, a quien sobrevivió su mujer “Kyoko” (ambos nombres son seudónimos). Esta pareja con más de 30 años de matrimonio trabajaba en el centro logístico de Odawara como recolectores a tiempo parcial. La pareja se había incorporado al mercado laboral después de graduarse en la escuela secundaria, tuvieron una serie de trabajos de baja calificación. Según Yokota, la crisis Lehman de 2008 desencadenó una recesión económica en Japón que los dejó sin trabajo y viviendo de la asistencia social en Odawara.

Después de casarse, encontraron trabajo en el centro logístico, pero en lugar de ser empleados por Amazon, a los dos los envió la subcontratista World Intec como trabajadores temporales. Se estima que alrededor del 37 % de la fuerza laboral japonesa trabaja actualmente con contratos temporales, un legado de lento crecimiento económico en la década de 1990 y la crisis económica de 2008.
Mientras estaba de incógnito en el almacén de Odawara, Yokota calculó que caminaría unos 20 km durante un turno de 6,5 horas y que un recolector podría recorrer fácilmente 30 km en 10 horas, lo que es una duración de turno habitual si un recolector trabaja horas extras durante periodos de mucha actividad.
Los recolectores deben recorrer todo el centro logístico para recopilar y elaborar los pedidos y como estas tareas se cronometran y rastrean al segundo, muchos renuncian a los descansos para seguir el ritmo. Yokota dice que los trabajadores no tenían tiempo para descansar ni siquiera para comer: se dice que “Kyoko” perdió 10 kg en un mes.
Un día, “Masato” se desplomó. El centro finalmente llamó a una ambulancia y lo llevaron al hospital, donde murió. El médico que lo atendió declaró la causa de la muerte como disección aórtica, enfermedad cardíaca poco común que normalmente sufren los hombres de entre 60 y 70 años.
En un artículo de 2018 (en inglés), Akahata ya había investigado al menos tres muertes en “condiciones de trabajo similares a las de un taller clandestino” en las instalaciones de Odawara, basándose en entrevistas con exempleados y en comentarios recogidos de las redes sociales.
Un trabajador le dijo a Akahata que las condiciones de trabajo en Odawara “casi lo llevan a suicidarse”. Otro trabajador de Amazon, identificado como “Okawa” dijo:
Mis compañeros de trabajo, uno tras otro, dimitieron después de sufrir una insolación, fracturas por fatiga, dolor de espalda y otras lesiones y enfermedades.
“Okawa” también le dijo a Akahata que las pausas programadas se acortaban a lo largo del día, sin dejar tiempo para ir a la cafetería del lugar, almorzar y regresar al trabajo. Los salarios eran normalmente de 950 yenes (9.50 dólares) por hora, el salario mínimo en Japón, aunque algunos trabajadores temporales recibían 2000 yenes (20 dólares) por hora durante periodos de mayor actividad.
En otro artículo, Akahata informó (en inglés) sobre los comentarios hechos en el foro japonés 2chan (ahora rebautizado como 5channel) sobre las condiciones de trabajo del centro:
“Escuché que un trabajador murió en el almacén”.
“Recientemente, la carga de trabajo se ha vuelto más pesada debido a la reducción de los periodos de descanso. ¡Cuídense todos!”
“La actitud de la empresa de “no hacer nada a menos que algo suceda” ha llevado a esta tragedia. Las medidas contra la insolación son un buen ejemplo. Solo después de que muchos trabajadores sufrieran un golpe de calor, la empresa finalmente implementó contramedidas”.
Yokota sugirió que la falta de supervisión y rendición de cuentas por parte de Amazon ha llevado a esas pésimas condiciones de trabajo.
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