En julio pasado, Benjamín Walker lanzó “No hace falta saber”, junto al salsero Luis Enrique, una canción que invita a estar abiertos. Procura encontrar la felicidad en la acción misma, en nuestros procesos y no condicionarlos injustamente a ser buenos o malos, según se cumplan o no nuestros objetivos.
Ciudad de México, 3 de noviembre (MaremotoM).- El músico chileno Benjamín Walker presentará un concierto el próximo 9 de noviembre, donde navegará por canciones de corte indie pop y otras que se sumergerán en el intimismo de su voz y guitarra.
Al concierto llega con nuevas canciones de su reciente disco con una banda que lo acompañará en gran parte del espectáculo.
En julio pasado, Benjamín Walker lanzó “No hace falta saber”, junto al salsero Luis Enrique, una canción que invita a estar abiertos. Procura encontrar la felicidad en la acción misma, en nuestros procesos y no condicionarlos injustamente a ser buenos o malos, según se cumplan o no nuestros objetivos.
“La vida nunca te entrega exactamente lo que le pides y abrirse al abanico de resultados, consiste en lograr felicidad en el hacer, no en el desenlace. Para ser feliz, no hace falta saber lo que te espera”, dice el músico chileno.
“El año pasado me tocó experimentar frustraciones que me inmovilizaron y alejaron mucho de mí mismo y de mi capacidad para disfrutar y agradecer las cosas que me toca vivir. Llegué a conocer a mi querido Luis Enrique y escribimos esta canción luego de conversar horas sobre creer antes de ver, como dice él”, agrega.
Luego sacó el segundo sencillo, junto a Fármacos, “Quería olvidarte”, que “es un baile apasionado y triste. Es la voluntad de olvidar a alguien sometida ante el irremediable goce de recordar y pensar en esa persona. Un acto de sumisión voluntario, un saboreo de la desdicha con una sonrisa.”
Fármacos fue primero un seudónimo de Diego Ridolfi, que incluso grabó un EP homónimo bajo esa identidad, pero se instaló como grupo en 2011. Etiquetas como “pop ambiental” y postrock definieron entonces su sonido, que se plasmó luego en el EP Abril (2012) y el disco Los días más largos (2013), registros con los que se unieron al sello Beast Discos.
ENTREVISTA A BENJAMÍN WALKER
“En verdad transito el lenguaje del folclore, hasta el pop. Siempre fueron músicas que me gustó escuchar”, dice, aludiendo al término “degenerado”, con el que alguna vez aludió a su estilo musical el argentino Kevin Johansen.
Habla de Luis Enrique como el salsero al que todos conocemos, pero al mismo tiempo “es un pedazo de cantautor. Tiene un espíritu de hacer canciones, increíble. Es un gran músico, un gran compositor”, afirma Benjamín Walker.
El artista tiene una voz privilegiada. Tuvo la suerte de tener una gran voz y de hacer canciones al mismo tiempo. “Me gustó cantar desde muy chico, un tema que lo aprendía lo cantaba todo el día. Esta actividad me desestresa y da muchos resultados el cantar todo el día”, afirma.
“Una de las verdades que he ido encontrando, si se puede hablar de verdades en este oficio, el canto que estoy teniendo me genera algo, me quita la ansiedad, es cuando me doy cuenta que al oyente le pasa lo mismo. Ese es el gran misterio de la música”, agrega.

En el mundo de hoy, donde todas las voces suenan armónicas de acuerdo a la tecnología, buscamos voces de verdad como la de Frank Sinatra. “Pienso en Lucho Gatica, que era chileno y se destacó en México”, dice como ejemplo.
“Las voces procesadas que no dependen de cantar bien, lo veo válido, como parte de la exploración de la música. Escuché el año pasado el disco de Tangana, su voz no me importa mucho, pero las canciones son buenísimas. A Sabina, por ejemplo, su voz no me gusta nada, pero las canciones son inmejorables”, afirma.
“Eso sí, me conmueven mucho más los cantantes. Bobby McFerrin, Pedro Aznar”, dice.
El 9 de noviembre, Benjamín Walker, se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.